La caries es una enfermedad progresiva que ataca al esmalte dental y, si no se trata, avanza hacia la pulpa del diente, provocando inflamación.
En la fase inicial, la caries suele ser asintomática y es necesario intervenir antes de que se haga más extensa, para evitar la pérdida de estructura es aconsejable intervenir precozmente cuando se detecta.
La caries se diagnostica clínicamente por el dentista utilizando diversos medios: comprobación de la presencia de caries con el espéculo y realización de radiografías endorales.
es importante someterse a revisiones periódicas para detectar precozmente las caries, ya que en las fases iniciales suelen ser asintomáticas.
Las bacterias que provocan la caries atacan el esmalte dental: si no se mantiene una higiene bucal adecuada, un diente empastado puede volver a cariarse en un lugar diferente o en las proximidades del empaste.
Al igual que los dientes permanentes, los dientes de leche también pueden cariarse, causar dolor y, en el peor de los casos, incluso una infección (absceso). Las infecciones en los dientes de leche, así como su pérdida precoz, pueden causar problemas a la yema del diente permanente subyacente.
Además, algunos dientes de leche pueden permanecer hasta los 12 años, por lo que es importante cuidarlos para evitar enfermedades dolorosas agudas e intentar conservarlos hasta que se caigan de forma natural.
Una vez desvitalizado, el diente pierde sensibilidad y se vuelve más frágil, por lo que es posible que se fracture o rompa con la masticación y en algunos casos sea necesario extraerlo.
Precisamente para evitar que un diente desvitalizado se rompa, es necesario protegerlo con un enchape o corona que le permitirá durar más tiempo.
Antes de iniciar la sesión de desvitalización, el dentista realiza una anestesia local para que el paciente no sienta ninguna molestia ni dolor durante la duración del tratamiento endodóntico.
Después de una desvitalización se pueden experimentar ligeras molestias y el dentista puede considerar necesario recetar analgésicos.
Una caries muy profunda puede provocar la pérdida de vitalidad del diente: en algunos casos puede tratarse de un episodio doloroso agudo, en otros la pérdida de vitalidad es progresiva y el paciente puede no sentir dolor.
El dentista utiliza herramientas de diagnóstico especiales para comprobar la vitalidad del diente (pruebas de percusión, pruebas de sensibilidad al frío, radiografías endorales, etc.) y cuando se detecta que un diente no está vital, es necesaria una terapia endodóntica (o endodoncia, o desvitalización) para eliminar el tejido necrótico, desinfectar los conductos y sellarlos.
Este procedimiento se realiza para reducir la carga bacteriana que puede causar infecciones y garantizar una vida más larga del diente.
En algunos casos un diente desvitalizado puede provocar dolor después de mucho tiempo: esto puede deberse a diferentes patologías (fracturas, granulomas, quistes…).
Por lo tanto, cuando un diente desvitalizado duele, es necesario someterse a un examen odontológico en el que el dentista, utilizando los medios adecuados (radiografías endorales, ortopanorámicas, etc.), pueda valorar la presencia de posibles patologías que afecten al diente desvitalizado y formular el plan de tratamiento más adecuado.